En busca del mar...

Hace ya unos días que la idea se me ha vuelto obsesión, digamos que siempre ha estado rondando, pero ahora las cosas "se alinean" y pareciera que finalmente partiré.

No quiero cantar victoria aun, porque como siempre hasta no verme sentada en el avión, nada vale.
Pero las promociones aparecen ante mi, el dólar sigue bajo y la amada devolución de impuestos se acerca, claro que a estas alturas si no ocurre el milagro de la multiplicación de los panes, no se que haré, porque la tengo destinada para mil cosas.
Pero claramente al sonido de gong de "viaje" las prioridades se transforman solo en una y me da lo mismo que ya no me guste mi comedor, que quiera arreglar la cocina o un millón de cosas domesticas que tengo en un listado infinito.

Tal como el año pasado en que las letras L.A. parece que tenían un imán y yo sin ni un peso decidí partir, ahora tal vez con un poco más de cabeza, pero sin duda con las mismas o más ansias, finalmente pesque mí adorada amiga maleta y me saque las ganas de vacaciones que quedaron pendientes.
Pero como transmitir mucho sin tener las cosas claras puede ser mala suerte solo esperare las buenas vibras y sobre todo el dinero antes de cualquier cosa.
Ojalá se cumpla la premisa de que las ciudades con mar han sido un común denominador...y pueda cantar como Nicole:

“Y en tus olas mi temor
y en tu brisa mi deseo….”

A cruzar los dedos se ha dicho.