A veces uno necesita con ansias contar lo que esta sintiendo, quizás porque hablando se desenreda un poco el desorden que uno tiene.
Y parece que a veces ese desorden hace que uno no pueda dar las señas claras o simplemente no sepa como expresar lo que esta sintiendo.
Esta claro que nadie puede andar adivinando como se sienten las otras personas, pero parece que hay días en que uno quisiera que las otras personas tuvieran un radar y que vía telefónica o por donde fuera captaran que uno necesita unas palabras de aliento.
Este fin de semana, y aunque me cueste admitirlo, quise buscar un refugio, en quienes son mis cercanos en quienes son mis amigos, pero sin duda era muy difícil descubrí que pasaba detrás mió. Sobre todo cuando trato de hacer como que nada pasa y pongo la voz más normal de la tierra.
No pedía que "me adivinaran", solo quería tener la oportunidad de poder desahogarme un poco. Sin duda mi orgullo extremo fue más que esas ganas que tenía y no pude decir las palabras claves.
Quizás lo que siento ahora va mas cercano no a la pena, si no a la rabia de sentir que he ido perdiendo "el toque" de resolver mis problemas sola. Tontera, dirán muchos, pero no para alguien que por largo tiempo creyó ser una chica superpoderosa que "lavaba la ropa en casa". Ahora parece que me ido ablandando, y me cuesta mas resolver las cosas sin tener la opinión de alguien.
Todos tenemos problemas, todos tenemos complicaciones y estoy segura de que si alguien necesito de mi, que "le adivinara", tal vez tampoco me di cuenta. Quizás por que andaba muy metida en los míos. Así es que no es reproche contra nadie, tal vez solo contra mí, porque creo que necesito volver a mi refugio, al mío, a donde solo estando sentada conmigo logre volver a resolver las cosas.
