viernes, junio 15, 2007

Todo se transforma

El vino que pagué yo,
con aquel euro italiano
que había estado en un vagón
antes de estar en mi mano,
y antes de eso en Torino,
y antes de Torino, en Prato,
donde hicieron mi zapato
sobre el que caería el vino.

Zapato que en unas horas
buscaré bajo tu cama
con las luces de la aurora,
junto a tus sandalias planas
que compraste aquella vez
en Salvador de Bahía,
donde a otra diste el amor
que hoy yo te devolvería......

Cada uno da lo que recibe
luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.

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